Si buscas a un guía cualidicado, profesional, apasionado, local, amante de su propia ciudad, que conozca cualquier rincón de ella y sepa contestar a tus preguntas, ¡elige a un guía autorizado!
En Italia el patrimonio histórico, artístico, cultural y geográfico es de enorme valor, un guía es su portavoz, por eso hay una legislación muy precisa que reglamenta la figura del guía turístico local.
Las regiones se ocupan de convocar las oposiciones públicas y llevar a cabo los examenes, que hasta el 2013 consistían en seis pruebas, tres escritas y tres orales en las asignaturas de historia, geografía, arte y cultura de la ciudad para la cual se hacía el examen (en mi caso Venecia), además legislación turística y dos idiomas extranjeros. Para poder lograr la licencia era necesario tener un diploma universitario y aprobar todos los examenes de la oposición con la media de 7/10. El tiempo de estudio y formación es de 8 horas al día durante por lo menos 3 años. Yo he tenido la suerte de aprobar la oposición a la primera, pero no es así para todos.
Es fácil entender cuanto importante es la determinación, movida por la pasión.
Los guías autorizados se reconocen fácil, están obligados llevar una tarjeta de la Región o Provincia, que es la licencia, además están inscritos en el colegio de los guías y tienen que publicar las tarifas oficiales.